2. Desatender los estudios
Es el primer miedo que tienen unos padres cuando su hijo entra en la adolescencia, que deje de lado sus estudios y su currículum académico se resienta. Fruto de los cambios que está experimentando el adolescente puede que le cueste más centrarse en las clases, que éstas le resulten más aburridas o que simplemente pierda interés en los estudios.
Si por cualquiera de los motivos los padres detectan que su hijo ha bajado en el rendimiento escolar han de hablar con él y sus profesores para saber cuál es el problema y ver cómo afrontarlo. Puede que necesite algo de ayuda o de estímulo o que se plantee dejar los estudios.
En los dos primeros casos hay que ver el modo de prestarle esa ayuda que necesita y en el último hay que hablar con él para ver el motivo de esa decisión. Aunque los padres por lo general no desean que sus hijos dejen de estudiar hay ocasiones en que es la mejor solución y hay que planteársela. El adolescente ha de ser el que tome la decisión final, pero lo mejor es que sea con el respaldo de sus progenitores.
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